Alexia Rivas concediendo una entrevista a 'Socialité'

La demanda de Alexia Rivas tiene 41 páginas y cuenta cosas 'muy duras'

Alexia Rivas ha demanda a la productora de 'Socialité', el programa donde ejercía como reportera

El trío amoroso formado por Alfonso Merlos, Alexia Rivas y Marta López no deja de generar noticia. Hace unos días, Isabel González, Beatriz Cortázar y Alaska comentaban lo sucedido en 'Es la mañana de Federico'.

Uno de los temas de conversación fue la demanda que Alexia Rivas interpuso contra la productora de su programa, 'Socialité', tras todo lo acontecido después de que  saliese semidesnuda en una videollamada  en directo hecha por Merlos.

Según Beatriz Cortázar, Rivas hace acusaciones «muy, muy fuertes» en las que habla incluso de «acoso laboral, sobre todo a la productora» y que incluso «ella era una redactora de contenidos a la que obligaron a hablar de cosas que no quería». Con estas declaraciones la reportera se refería al día en el que tuvo que dar la acara tan pronto descubrirse que había tenido un escarceo amoroso con Merlos cuando este estaba a punto de casarse con Marta López.

«La demanda dice, entre otras cosas, que era algo de su vida privada, un episodio íntimo, y que su empresa lejos de ampararla decidió crear el culebrón del confinamiento», declaraba Cortázar en el programa de esRadio.

Al parecer, con esta demanda, Alexia Rivas pretende «resolver una situación laboral» aunque también «hay otra demanda civil y otra penal donde va por otro lado, no por el acoso laboral, sino por el testimonio por intromisión a la intimidad y todas las declaraciones que se han hecho». En definitiva, la demanda denuncia una «situación de acoso a una persona de baja laboral, por ansiedad, cuadro de estrés y violencia psicológica».

Por su parte, Federico Jiménez Losantos defendía que la demanda de Alexia Rivas iba ligada «a un acuerdo económico inevitablemente. Ella no puede volver a trabajar a un lugar donde la han estado acosando». 

Pese a la polémica, la pareja hace oídos sordos a la polémica y no dudan en pasear por las calles de Madrid, enamorador y ajenos a los rumores de una posible crisis.