Ana Obregón instantes antes de asistir al tanatorio

Muy duro: Ana Obregón decide dejar su casa tras la muerte de su hijo Álex

Tras el fallecimiento de su hijo, Ana volvió a su casa en La Moraleja pero su ausencia ha provocado que tome una decisión

El fallecimiento de Álex Lequio ha dejado devastada aAna Obregón. Completamente rota y sumida en un profundo dolor, la actriz, siempre acompañada y abrazada por Alessandro Lequio, se despedía de su hijo el pasado sábado en el cementerio de la Almudena, en Madrid.

A partir de ahora el día a día de Ana será muy diferente a todos por los que ha tenido que pasar y deberá hacer frente al hueco que la ausencia de su hijo ha dejado tanto en su vida como en su casa. Por eso ha tomado una decisión que la ayudará a no sentirse tan sola.

Ana Obregón no ha estado sin compañía en ningún momento, sus hermanas, Celia y Amalia, viajaron hasta Barcelona y la siguieron hasta Madrid. De igual modo hicieron Alessandro Lequio y Carolina Monje, novia de su hijo Álex. La actriz y presentadora ha contado con innumerables apoyos en el que es sin duda el peor momento de su vida.

Alessandro Lequio acudía a casa de Ana acompañado de su mujer, María Palacios, tras el entierro de su hijo, una visita que se produjo tanto por la mañana como por la tarde en un intento de no dejarla sola en el hogar que compartían madre e hijo. Una casa llena de recuerdos y tan grande que aún es más evidente el vacío que ha dejado Álex  en la vida de la actriz.

En los primeros días, Ana volvió a su casa en la Moraleja, pero ahora  ha decidido trasladarse a vivir a casa de su hermana Amalia para no sentirse sola y seguir contando con el apoyo que tanta falta le hace, tal y como contaba Antonio Montero en 'Sálvame'. Una decisión temporal y que le ayudará a sobrellevar el dolor.

Además las dos viviendas se encuentran muy cerca la una de la otra, lo que implica una comodidad para Ana. Junto a Amalia, el resto de sus hermanos no se han separado de su lado y siempre han demostrado ser una familia muy unida que ahora se vuelcan por completo en el peor trance por el que les ha tocado pasar.