Isabel Preysler y Miguel Boyer

Isabel Preysler, 'la China' por la que Miguel Boyer lo dejó todo

Su relación fue todo un escándalo y copaba multitud de titulares sensacionalistas

Isabel Preysler  fue quizás la responsable de la primera gran crisis del gobierno de Felipe González, y es que su relación con  Miguel Boyer sigue generando controversia a día de hoy.

El romance del político socialista con la reina de corazones se convirtió en una cuestión de Estado y le pasaba factura a Boyer. 

De hecho, destruía no solo su matrimonio, sino también su vida política. Y es que hace treinta años, el ministro provocaba un cataclismo en el sector inmobiliario con un decreto sobre los alquileres de vivienda que afectó a millones de inquilinos y propietarios.

"La revista Interviú es la primera publicación en hablar de la furtiva relación sentimental que el ministro mantiene con la socialité Isabel Preysler". Todo un escándalo, ya que ambos estaban felizmente casados.

Por su parte, Preysler mantenía una estable relación con el marqués de Griñón, el ya fallecido Carlos Falcó. Y Boyer estaba casado con  Elena Arnedo, médica, activista y madre de sus dos hijos mayores, Laura y Miguel.

Al parecer, su relación nació a raíz de un almuerzo con amigos. "Un día una amiga me llamó para decirme que a Isabel le apetecía venir a mis lentejas y le dije que encantada. Así conoció Isabel a Miguel. Fue un flechazo".

Además, incluso sus respectivas parejas parecían tener muy buena sintonía. Tanto es así, que solían frecuentarse muy a menudo. 

"Cuando empecé a salir con Miguel, todavía no era ministro. Era un hombre casado, eso es muy cierto", llegaba a reconocer Isabel en una ocasión.

Según sus propias palabras, las primeras veces en las que salieron juntos se convirtieron en una buena anécdota. 

"La primera vez que Miguel y yo salimos juntos me llevó a comer a un restaurante a las afueras de Madrid", desvelaba Preysler. 

"Yo le dije 'oye, vamos a tener cuidado, ¿eh?' Que me conoce mucha gente". Por lo visto, la socialité "estaba muy nerviosa y no sabía ni qué pedir del menú, del apuro que me daba que me reconociera alguien".

A pesar de que Isabel disfrutaba de una buena vida al lado de Carlos Falcó, no pudo evitar enamorarse de todo lo que le ofrecía Boyer.

"Carlos era liberal de verdad", relataba. "Tenía otro tipo de carácter, otra mentalidad y te hacía la vida muy agradable, entretenida y divertida". 

Todo lo contrario a lo que había tenido durante su relación con Julio Iglesias. "Era más bien un chico de derechas, conservador, celoso y posesivo".

"Cuando conocí a Julio era muy joven y me amoldé. A él no le gustaban las fiestas y no podíamos ir. Y si voy a una cena no me voy a poner a bailar sin parar mientras él lo está pasando mal".

Sin embargo, esa estabilidad parecía no llenar del todo a Isabel, que no dudaba en admitir que Miguel la fascinaba por completo.

El escándalo que se desató a raíz de la infidelidad de Miguel Boyer e Isabel Preysler

"Al principio empezamos con un almuerzo, una cena, hablando... Me dije: ¡Qué interesante es este señor! Era muy brillante, tenía mucho sentido del humor. No fue culpa de Carlos, fue mía, qué quieres que te diga. Lo sentí muchísimo por él, pero me enamoré".

Una bomba que no tardaba en explotar y de la que su círculo más cercano ya estaba al tanto. "Todos sabíamos que Isabel y Miguel se veían a escondidas en el mismo apartamento de Marbella".

Y tras hacerse pública su relación y divorciarse ambos de sus respectivas parejas, contraían matrimonio en 1988. Al año siguiente nació la hija de ambos, Ana Boyer Preysler.

Aunque no todo fue un camino de rosas, ya que Miguel tuvo dudas hasta el último momento, e incluso se plateó volver con su mujer. 

"Miguel Boyer llegó un lunes a casa de su mujer para decirle que lo había pensado bien y que volvía con ella. Llevó con él paquetes y maletas", señalan. 

"Elena estaba encantada y arrepentida. Al día siguiente dijo que le había llamado 'la China', -mote de Isabel Preysler-, para decirle que no podía vivir sin él".

"A él le ocurría lo mismo, y se fue de su casa a casa de un hermano. Allí es donde parece que Isabel le dijo que iba a pedir la separación o el divorcio del marqués de Griñón".