Tamara Gorro en la calle

Tamara Gorro planea volver a convertirse en madre: 'Ahora empieza mi lucha'

La influencer ha compartido con su familia virtual que está dispuesta a volver a cumplir su mayor sueño

A pesar de la dura lucha que ha supuesto para  Tamara Gorro convertirse en madre, parece que vuelve a estar dispuesta a conseguirlo. Así se lo ha comunicado de lo más emocionada a su familia virtual. "Ahora empieza mi lucha, ¡a por otro bebé!".

La influencer ya ha sido madre por gestación subrogada de Shaila, su hija mayor. Y después de intentar quedarse embarazada en casi veinte ocasiones por fecundación in vitro, por fin lograba quedarse embarazada de su segundo hijo, Antonio. Un auténtico milagro. 

Ella misma ha reconocido que tener un bebé de forma natural a ella le resulta muy complicado. "A mí la cosa se me complica un poco, no son nochecitas de amor hasta que me quede embarazada", ha explicado.

Tamara Gorro, dispuesta a tener un tercer hijo

Durante el duro proceso de reproducción asistida para convertirse en madre por segunda vez, Tamara tuvo que trasladarse a Estados Unidos para poder llevar a cabo el tratamiento. 

"Tengo un óvulo fecundado en Estados Unidos, lo que pasa es que ahora la cosa no está como para viajar hasta allí", ha contado. Algo que se le complica bastante dada la situación actual por la pandemia del coronavirus. 

Esos fueron, según ha reconocido en muchas ocasiones Gorro, "los peores años de su vida". Un tiempo durante el cual pudo ver llorar a  su marido.

"Yo vi llorar a mi marido una vez, por lo mal que lo estaba pasando, y me sentía culpable. Entonces decidí no hacerle sufrir más. Las preguntas de la gente eran un agobio tremendo".

Ezequiel Garay estuvo a su lado en todo momento y el sufrimiento fue muy grande para ambos, por lo que Tamara tiene mucho cuidado a la hora de dar este paso. 

La odisea de Tamara Gorra para quedarse embarazada

"Me sentía preparada, tenía ganas y de nuevo recuperé la ilusión. Me lancé al intento. Un año de preparación, quirófanos, mentiras, medicamentos, pruebas... todo daba igual, tenía un objetivo", desvelaba acerca de la forma en la que consiguió tener a su niño. 

Fueron dos test negativos de su gestante los que la empujaron para intentar quedarse embarazada de nuevo. "Hoy termina una constancia, una lucha, un propósito... En ocho meses daré vida a una preciosidad que deseo con todas mis fuerzas que sea niño y lleve el nombre de mi ángel: Antonio", anunciaba hace ya cuatro años.

"Este es el motivo de mi viaje a Los Ángeles. Hasta hoy no tenía los resultados y quería cumplir mi palabra: que seáis los primeros en saberlo".

Un embarazo que Gorro llevó con mucha energía y felicidad. "Soy una persona que le encanta tener una alimentación sana y hacer mucho deporte. Sin embargo estos ocho meses mi cuerpo pedía otro tipo de comida el cual no estaba acostumbrada y tengo que decir, que he disfrutado muchísimo", confesaba. 

Tras tener a su hijo, parece que Tamara  y su marido intentaron adoptar, aunque finalmente dieron marcha atrás. Hace unos meses se sinceraba y reconocía que le habían llegado a pedir la friolera de 70.000 euros para adoptar. 

Fue tal el tsunami emocional que experimentó la pareja tras la llegada de Antonio, que no dudaron en recurrir a este método para tener un tercer retoño.

Lamentablemente, se llevaron una gran decepción. "Si me piden que compre un niño, no lo voy a hacer", señalaba la influencer. De hecho, incluso habían acordado ir a buscar al pequeño, pero todo se torció en el último momento.

"Íbamos a recogerle a Uganda. Mi hija ya conocía a Dylan por fotos", ha contado. Una serie de incongruencias y errores les hicieron dar marcha atrás. 

"Primero nos cambiaron la fecha, luego los test psicológicos, el siguiente paso era el de elegir el sexo. A mí me daba igual, yo lo único que quería es que fuese un niño necesitado de amor", destacaba Tamara.

"Y nos mandaron la foto de Dylan. En ese momento, ya se lo contamos a nuestra familia. Y nos llamó el abogado para decirnos que teníamos que pagar de 60.000 a 70.000 euros".

En un principio, ella pensaba que era el precio a pagar por el proceso. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que se trataba de comprar un niño, algo que no iban a hacer.