Beatriz Zimmermann, madre de Anna y Olivia

Beatriz, madre de Anna y Olivia, ofrece la solución para que no se repita

Ha reaparecido después de varias semanas de silencio con una carta donde expresa cómo se siente

Tras varias semanas alejada de los focos, Beatriz Zimmermann ha vuelto con una nueva carta dirigida a todos los españoles. La madre de Anna y Olivia, las niñas de 1 y 6 años asesinadas por su padre Tomás Gimeno en Tenerife, ha ofrecido la solución para cortar de raíz la violencia vicaria.

Sus hijas Anna y Olivia fueron secuestradas, asesinadas y hundidas en el mar el 27 de abril. Durante la angustiosa búsqueda, Beatriz escribió varias cartas. Tras la aparición del cadáver de Olivia y el fin del rastreo, se despidió de todos con la intención de iniciar el duelo por la muerte de sus pequeñas.

Ahora, tres meses después, ha enviado una carta a El Programa de Ana Rosa de Telecinco para contar cómo se encuentra. Asegura no querer hablar del caso porque "me da angustia". Pero está confiada en construir "un mundo mejor y ayudar a las personas a sentirse mejor".

"La única manera de superar algo así es creer y tener fe, que estamos aquí de paso, que venimos a este mundo a ser buenas personas, dar amor, y sobre todo respetar", continúa. Y en esa línea, ofrece una solución para acabar con la violencia de los padres sobre los hijos.

"No soy yo quien tiene la solución", asegura, "la tenemos cada uno de nosotros cada día, a cada momento". A pesar de la experiencia que le tocó vivir, está segura de que "hay muchas más personas buenas, muchísimas más, me lo demostraron al ayudarme a buscar a mis niñas".

El consejo de Beatriz Zimmermann

La madre de Anna y Olivia ya dio muestras de una gran entereza durante la búsqueda de las niñas. A pesar de la dureza de aquella experiencia, la madre no se vino abajo en ningún momento. Envió varias cartas tratando de mandar mensajes positivos a la población, que también tenía el corazón en un puño.

El 10 de junio apareció el cadáver de Olivia en una bolsa a 1.000 metros de profundidad. El de Anna no apareció nunca, como tampoco el del presunto asesino de las niñas, Tomás Gimeno. La investigación concluyó que el padre las había asesinado y luego se había quitado la vida.

Lejos de dejarse roer por el dolor y la incertidumbre, Beatriz ha querido sacar conclusiones de todo lo que ha pasado. Afirma con rotundidad: "El problema viene cuando permitimos los malos tratos, ni un desprecio, si nos concienciáramos, no lo haríamos crecer". Para combatirlo, rechaza hablar de lucha.

"Yo no creo en la lucha, porque cuando luchamos contra algo creamos odio e ira. No creo en la violencia para combatir la violencia y los malos sentimientos. Yo lo veo como semillas que plantamos todos los días, si las semillas no son de amor y respeto, el fruto no puede ser bueno", dice en la carta.

El consejo de Beatriz Zimmermann es claro: "Ser cuidadosos con los actos, pensamientos y palabras, es lo que transmitía a mis niñas todos los días". La madre de Anna y Olivia desea "un mundo en paz y armonía", con la esperanza "en que todo mejore si ponemos de nuestra parte con buenos sentimientos". 

La violencia vicaria, una lacra en España

La violencia vicaria es una forma de violencia de género mediante la cual un progenitor utiliza a los hijos para dañar al otro progenitor. La violencia vicaria es una lacra latente en nuestro país. Después del caso de Anna y Olivia se han producido, al menos, tres casos más que han llamado la atención de todos. 

Pocos días después de la desaparición de las niñas en Tenerife, una mujer de 35 años mató a su hija de 4 en Sant Joan Despí (Barcelona). Cristina Rivas mató a Yaiza asfixiándola con una bolsa en la cabeza, y luego intentó suicidarse. Lo hizo como venganza porque su exmarido no quería volver con ella.

Recientemente se ha conocido el caso de Martín Ezequiel, que mató a su hijo de 2 años y nueve meses en la habitación de un hotel, en Barcelona. Hacía ocho días que su exmujer había decidido poner fin a la relación. Tras cometer el crimen envió un mensaje a la madre: "Aquí te dejo lo que te mereces".

Otro caso mediático, el de la desaparición de dos niños de 10 y 11 años en Tenerife, ha acabado bien. Kristian y Amantia, a los que su padre se llevó desde Hamburgo a Tenerife sin el permiso de la madre, aparecieron sanos y salvos en Portugal. El padre fue detenido y se encuentra en prisión provisional.