Primer plano de Blanca

Una enfermera a Blanca tras sufrir un aborto: ‘No llores, que pasa todos los días’

Denuncia en el programa de Risto Mejido un caso de violencia obstétrica por comentarios vejatorios de la enfermera

Hasta hace poco, la violencia obstétrica era una conducta completamente desconocida en la sociedad. Pero poco a poco, casos como el de Blanca difundido en el programa Todo es Verdad de Cuatro ayudan a hacerlo visible. El programa de Risto Mejide ha conseguido que en las últimas horas se está hablando de ello.

La protagonista de esta historia es Blanca, que hace pocos días sufrió un aborto y tuvo que ser intervenida. "Su experiencia solo fue a peor cuando la enfermera, que debía ayudarla a pasar por ese momento de infinito dolor, se dedicó a hacerle comentarios inapropiados". Así presentaba el caso la presentadora Marta Flich.

A partir de ahí se muestra el relato íntegro de Blanca, que denuncia un caso de violencia obstétrica con todo tipo de detalles. Estaba embarazada de ocho más cuatro y fue a "una ecografía rutinaria, porque me habían dicho que no era de riesgo". Sin embargo, ahí le dijeron que el bebé no tenía latido.

"Nos dijeron que tenía malas noticias y que había que interrumpir el embarazo, a continuación nos dijeron qué opciones había". Le programaron una intervención para el día siguiente comunicándole los riesgos "pero no los dolores". Después de tomar dos pastillas por vía vaginal, empezaron los dolores y el calvario de Blanca.

Los comentarios vejatorios

"En mi caso, una enfermera se había olvidado del analgésico y me habían puesto solo el antibiótico", cuenta Blanca. Cuando le hicieron notar su error "empezaron los comentarios que más dolieron". El primer comentario fue el más doloroso, ya que le dijo a Blanca "no llores, que esto pasa todos los días".

"Cómo quieres que no llore", se pregunta, "era la primera vez que me quedaba embarazada, iba a tener a mi bebé y todo iba bien". Ve comprensible que la enfermera vea estos casos todos los días, pero para ella no era una situación normal. El trato cruel de esta sanitaria continuó con más comentarios despectivos.

"Me pone un manguito para medirme la tensión y se mete conmigo porque no me entra en el brazo", explica. Justo después, al querer ponerle una vía, llegó el tercer comentario humillante: "También te has dejado las venas en casa, lo tienes todo hija". "Lo que tengo es un dolor enorme", añade Blanca al contar su historia.

"El dolor no lo tengo en mi útero, sino en mi corazón", aclara esta mujer, "estoy perdiendo a mi hijo y tu me dices que no llore y que el manguito no me entra porque estoy gorda". La enfermea le acabó dando el analgésico. "A las dos horas allí no pasaba nadie, y mi chico salió afuera", sigue relatando.

Se plantea si quiere ser madre

Tras notar el abandono del personal médico, la pareja de Blanca decide poner la primera reclamación. Le pidieron un vaso de agua a la enfermera y les contestó: "Si bebes agua te quedas tres días más en tu estado sin operar". Eso significaba tres días más con su bebé muerto dentro, otra evidente falta de tacto.

Cuando la periodista le pide que ponga nombre a lo que le ha ocurrido, no lo duda: "violencia obstétrica, claramente". Se siente tratada como alguien que no necesita recibir ningún tipo de información y lamenta que "emocionalmente hayan hecho que esto dure mucho más de lo que debería durar".

Ahora se plantea seriamente si quiere volver a intentar ser madre, porque no quiere pasar por el mismo mal trago. De momento, se plantea cómo puede denunciar al colegio de enfermería, aunque sabe que será difícil. "¿Qué puedo reclamar, que me han tratado mal como ser humano? Y cómo lo demuestro", dice.

La violencia obstétrica, qué es

La violencia obstétrica son las prácticas y conductas realizadas por profesionales de salud a mujeres embarazadas o durante el parto, que son percibidas como violentas. Esto incluye actos no apropiados, como tratamientos forzados o intervenciones dolorosas, pero también violencia psicológica.

Dentro de esta última se incluyen, por ejemplo, el trato infantil, paternalista, despectivo, humillante, con insultos verbales y despersonalizado. El ministerio de Igualdad quiere incluir este tipo de violencia como delito en la Ley del Aborto. Pero el personal sanitario se opone y asegura que las negligencias ya se castigan.