Una enfermera extrae la vacuna contra el coronavirus de Pfizer en una jeringa el lunes 14 de diciembre de 2020 en el Integris Baptist Medical Center en la ciudad de Oklahoma

Nadie se lo puede creer: una enfermera cambia las vacunas COVID por agua salina

Las vacunas COVID, protagonistas de un gran revuelo

Las vacunas COVID no dejan de ser noticia a diario. Lo son porque se han aprobado los primeros ensayos en humanos con la versión española o por los nuevos efectos secundarios que se descubren.

No obstante, aquellas hoy han cobrado protagonismo por otra razón. En concreto, porque una enfermera ha sustituido las citadas por agua salina a la hora de inyectárselas a pacientes. Y esto, como es lógico, ha generado un enorme escándalo.

La enfermera cambia las vacunas COVID por agua salina

En la localidad alemana de Schortens, situada en el estado de Baja Sajonia, es donde ha tenido lugar el hecho que ahora es noticia en todo el mundo. Y es que es allí donde trabajaba la sanitaria que está en el punto de mira.

Una mujer esta, de la que apenas ha trascendido información, cuya profesionalidad ha quedado seriamente en entredicho. En efecto, en el periodo comprendido entre el 5 de marzo y el 20 de abril de este año, se dedicó a inocular las mencionadas vacunas de Pfizer. Y fue entonces cuando decidió sustituir varias de las citadas por agua con sal.

Ahora es cuando se ha destapado este escándalo, que afecta a unas 8557 personas, que son a las que inyectó durante aquel tiempo. Ciudadanos estos entre los que hay compañeros sanitarios de aquella, cuidadores e incluso ancianos de más de 70 años.

Es cierto que el agua salina no provoca ningún tipo de daño. Pero también lo es que haber recibido esta y no una dosis de Pfizer pone en peligro a los afectados. Sí, porque trae consigo que si se contagian del coronavirus puedan tener graves consecuencias para su salud.

La policía del lugar, como no podía ser de otra manera, ha procedido ahora a iniciar una investigación. Por el momento, es cauta dando información pública de lo que ha podido descubrir. Sin embargo, se baraja la posibilidad de que la fémina haya actuado así porque es antivacunas.

Analizando a fondo las redes sociales de la presunta autora, se ha descubierto que había realizado numerosas publicaciones en contra de las citadas inyecciones. De ser cierto esto, podría enfrentarse a un delito de motivación política.

Las consecuencias de la acción de la enfermera en relación al COVID

El que ahora se haya descubierto la actuación de la sanitaria ha provocado un verdadero revuelo en Alemania. Y, de modo especial, en la zona de la Baja Sajonia.

Las autoridades han tenido que actuar de forma inmediata nada más conocerse lo sucedido. De ahí que hayan solicitado algo a los ciudadanos que se pusieron la vacuna contra el COVID-19 en las citadas fechas. Les han pedido que vuelvan a ponerse una dosis de Pfizer.

Así, como se recoge en varios periódicos germanos, lo ha indicado Sven Ambrossy, administrador del distrito de Frisia. Ha dicho: “Tenemos que evitar el daño para estas personas, aunque no sepamos realmente cuántas están afectadas”.

De igual modo, han dejado claro algo para tranquilidad de los vecinos que se inocularon aquella durante el periodo expuesto. Han establecido que la nueva dosis que se pongan, independientemente de que pueda ser la segunda o la tercera, será inocua para ellos. Es decir, que nos les provocará ningún tipo de perjuicio.

De esta manera, las vacunas vuelven a ser protagonistas de un singular hecho. Eso sí, no es el único que se ha producido en torno a ellas en este tiempo. Por ejemplo, el pasado mes de julio en un pueblo de Alicante, Biar, se vacunó a 36 vecinos con suero por error.

Es más, unos ocho ciudadanos de la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache, recibieron en junio una 'sobredosis' de la vacuna. Y es que les fue puesta sin haberla diluido previamente.