Fotografía de cuatro variedades de cerveza sobre una mesa

El estudio que lo cambia todo: La cerveza no engorda y es buena para el corazón

Desvelan que los compuestos bioactivos de la cerveza podrían tener efectos protectores sobre los vasos sanguíneos

El consumo moderado de cerveza  y de otras bebidas fermentadas puede proporcionar beneficios a nuestra salud. Varios estudios se encargan de confirmar su capacidad para protegernos ante la aparición de enfermedades cardiovasculares.

El doctor Ramón Estruch, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, destacaba el papel de la cerveza en ABC. "Está científicamente comprobado los efectos preventivos de las bebidas fermentadas". Tanto en "personas con alto riesgo vascular como en las que ya han tenido una complicación cardiovascular".

Debe consumirse en cantidades pequeñas. Lo adecuado sería 3 cañas en el caso de los hombres, y dos en el de las mujeres. No solo contribuye a prevenir problemas cardiovasculares, ya que también se ha comprobado que no engorda.

Una caña de cerveza tradicional cuenta con tan solo 45 calorías, frente a las 17 de una sin alcohol. Está considerada una bebida poco calórica que si se toma de manera moderada no debería afectar a nuestro peso.

El verdadero problema, como recuerdan algunos nutricionistas, es que por lo general se suele acompañar con otros alimentos que sí engordan. Es el caso de patatas, ensaladillas o embutidos.

Las propiedades de la cerveza que agradecerá tu salud

Si por algo destaca esta bebida es por su elevado contenido en polifenoles, que son antioxidantes naturales. Ayudan a disminuir los niveles del colesterol malo y a incrementar los del bueno.

La cerveza  también se presenta como un remedio eficaz para aquellos corazones que hayan sufrido un infarto. Contribuiría en ese proceso de reparación al reducir la cicatriz y mejorar el funcionamiento cardíaco global.

Esos compuestos bioactivos presentan poderes protectores sobre el propio corazón y los vasos sanguíneos.

Distintos estudios también han avalado la ingesta moderada de cerveza, sobre todo en las comidas principales. Contarían con un efecto protector en la aparición de la aterosclerosi, que implica el endurecimiento de los vasos sanguíneos.

Por lo tanto, puede presentarse como un buen 'remedio' natural para aquellas personas con un riesgo cardiovascular moderado-alto. Tampoco hay que olvidar que rebaja la inflamación, mejora la función endotelial y eleva la concentración de las lipoproteínas de alta densidad.

Las enfermedades cardiovasculares son uno de los grandes problemas de la sanidad en España. Son la primera causa de fallecimiento del país, con una tasa de 267,6 muertos por cada 100 000 habitantes.

Para rebajar esta incidencia se hace imprescindible fomentar unos buenos hábitos entre la población. Por eso las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de llevar un estilo de vida activo y cuidar la dieta.

La alimentación debe basarse sobre todo en frutas, verduras, frutos secos, pescado, aceite de oliva y cereales integrales. Lo adecuado serían cinco piezas diarias de frutas y hortalizas al día.

Sin olvidarnos del ejercicio físico. Caminar al menos una hora diaria a ritmo intenso debería ser suficiente para que nuestro corazón estuviese sano. El tabaco y ciertas bebidas alcohólicas habría que apartarlas de nuestra rutina.

En esta época del año, con el calor, la cerveza apetece mucho más. Suele ocurrir con demasiada frecuencia que se tomen dos cañas con el ánimo de calmar la sed. Sin embargo, no se llegan a disfrutar del todo porque se beben casi de un sorbo.

En ese caso, los expertos recomiendan ingerir previamente un vaso de agua para quitar la sed. Este simple gesto nos permitirá ahorrar las calorías de una cerveza, y también contribuirá a que comamos menos.

No obstante, hay una cosa muy clara. Una caña resulta más sana y engorda menos que otras bebidas. Ya sean refrescos, zumos envasados o combinados de alcohol.

Así que si tienes dudas, lo mejor es que te decantes por una cerveza bien fría.