Fotografía de una persona que está mirando Twitter en su movil

Un usuario publica una ingeniosa idea para distraer a sus vecinos y se vuelve viral en Twitter

«Está siendo estupendo», explica en su cuenta de la red social

El confinamiento  para frenar la pandemia de coronavirus está haciendo que las relaciones entre vecinos cambien en muchas viviendas, creando experiencias  que nunca hubiéramos imaginado. Muchas de estas historias son contadas a través de  redes sociales y, aunque últimamente estamos viendo algunas malas experiencias, también las hay bonitas. 

Una de ellas es la que os vamos a explicar a continuación. Un usuario de Twitter, Jorge Carrión, ha decidido publicar en su red social una iniciativa que nos ha encantado (a nosotros, y a miles de personas). 

«Soy el bibliotecario del edificio donde vivo: he puesto mi  biblioteca al servicio de la comunidad de vecinos; me consultan por WhatsApp; les ofrezco varias posibilidades; los libros que decidimos se los dejo en la puerta. Está siendo estupendo. Por si alguien quiere replicarlo» explicaba el usuario.

La publicación en seguida se llenó de ‘likes’, retuits y comentarios de personas contando sus experiencias con iniciativas parecidas. «Por aquí lo mismo, pero para niños. Puse un cartel en el portal  preguntando por edades y que indicasen su piso. Una vez por semana se los dejo en el buzón y después me devuelven el mío. La alegría que sentí a ver los primeros nombres apuntados en el cartel fue inmensa» explicaba una usuaria en un comentario. 

«Por si alguien quiere  libros digitales, en @BrigadaCultural hicimos estos códigos QR para imprimir y pegar en pasillos, puertas, ventanas, etc.» comentaba otra usuaria de la red, adjuntando fotografías de los códigos.

Y, aunque esta iniciativa está siendo muy aplaudida, también hay personas que preguntan por las medidas de seguridad  a la hora de entregar un libro. 

«Yo no me la jugaría ni de broma. En tu casa, Jorge, puedes ser muy cuidadoso. Pero ese libro puede ir pasando por otros hogares que a saber… Hay edificios cuya comunidad es enorme. Sobre todo en grandes ciudades. Sinceramente, no apoyaría tal medida» comentaba un usuario. «Bueno, somos  seis vecinos. Tengo 8000 libros. La probabilidad de que un libro sea leído por dos vecinos es inexistente» explicaba el creador de esta iniciativa.