Juan Carlos I en el funeral del gran duque Jean de Luxemburgo

El Rey Juan Carlos enganchado a una conocida aplicación durante su confinamiento

Tiene miedo al coronavirus y ganas de marcharse de España

Todos sabemos que el covid-19 no distingue entre clases sociales. Le da lo mismo ricos o pobres, todos somos huéspedes a los que infectar. Obviamente tampoco entra en si somos nobles o plebeyos. Azul o roja, toda sangre es buena para él.

Un rey encerrado y aterrorizado

Todos podemos enfermar pero sabemos que los casos más graves se dan entre las personas mayores de setenta años. Y si el paciente pasa de ochenta tiene muchas papeletas para morir.

El Rey emérito  ya ha cumplido los ochenta y dos. Forma parte de lo que se llama población de alto riesgo.

Desde que empezó el actual estado de alarma Juan Carlos I está confinado y muerto de miedo. Así debió de sentirse Luis XVI durante la revolución francesa.

Sabe muy que el coronavirus no perdona a los de su quinta. Han sido miles de españoles de su generación los muertos en esta pandemia. Entre ellos también algunos de sus mejores amigos como Carlos Falcó o Alfonso Cortina.

Mata el tiempo con WhatsApp mientras planea marcharse del país

Su situación se agrava debido a que piensa que  la vida en palacio es ahora como una cárcel de la que desea salir en cuanto le sea posible. 

Los escándalos económicos en los que podría estar implicado han afectado a la imagen de la monarquía. Su propio hijo Felipe VI  ha tenido que renegar de su figura para proteger a la institución.

Está solo y acorralado. Su relación con los reyes y doña Sofía es inexistente.

Así las cosas podría estar pensando en marcharse de España de forma permanente. El lugar elegido podría ser la República Dominicana.  En el país caribeño tiene buenos amigos entre los grandes magnates de la industria azucarera.

El que fue uno de los reyes más queridos de España podría acabar sus días en el exilio.

Pero todo eso tendrá que esperar a que la crisis sanitaria sea superada. Por muchas ganas que tenga de huir de todo las actuales circunstancias le impiden moverse de momento de Zarzuela. No le queda otra que hacer de tripas corazón y aguardar a que escampe.

Mientras mata el aburrimiento gracias a la aplicación de mensajería instantánea "WhatsApp" a la que dicen que está "enganchado" y realizando videollamadas con sus amistades más íntimas.