Fotografia de un hospital saturado de enfermos de coronavirus

Una mujer de 58 años fallece de covid en España después de rechazar la vacuna

La activista antivacunas falleció hace pocas horas en la UCI del Hospital Comarcal de Elda tras varios días ingresada

En pleno siglo XXI es absurdo morir por haber rechazado una vacuna. Este es el mensaje que los científicos, los médicos y las autoridades llevan tiempo difundiendo. Pero aún sigue habiendo una parte de la población reacia a ponerse la vacuna contra el coronavirus.

Desde la localidad alicantina de Elda llega una noticia que pone de relieve, de forma trágica, esta realidad. En el Hospital Comarcal de Elda, una mujer de 58 años ha muerto a causa del coronavirus después de haberse negado a recibir la vacuna. 

Según el Diario Información, la persona fallecida era una negacionista declarada que difundía activamente el mensaje contra las vacunas. Ella misma decidió rechazar la dosis cuando fue citada a vacunarse. Falleció ayer de madrugada, después de varios días de agonía.

Tras haber rechazado ponerse la vacuna, la mujer se infectó de coronavirus y empezó a sentir los primeros síntomas. Su estado de salud empeoró rápidamente, y pasó varios días entubada en la Unidad de Cuidados Intensivos. La enfermedad había afectado gravemente sus pulmones. 

Hace apenas unas horas, la mujer murió en la UCI del Hospital Comarcal de Elda. Falleció por las consecuencias del Covid-19, a pesar de que negaba la existencia de la enfermedad. El suyo es un ejemplo de los riesgos de no protegerse contra la infección. 

Negacionistas y gente con miedo

De hecho, en España hay un alto porcentaje de personas que deciden vacunarse y esto ha permitido reducir la incidencia del virus. Gracias a la vacuna se ha podido avanzar en la desescalada y la vuelta a una relativa normalidad. Sin embargo, aún hay gente reacia a vacunarse.

Algunos de ellos son negacionistas y rechazan la inmunización convencidos de que el Covid-19 no existe. Pero no todos los que se niegan a vacunarse son negacionistas. También hay personas que lo hacen por miedo a los efectos adversos, o a sufrir otras patologías.

En la Comunidad Valenciana, donde ha fallecido esta negacionista, se ha impulsado una campaña para avanzar en la vacunación. Va dirigida a las 400.000 personas que en su día rechazaron ponerse la vacuna en esa comunidad. Les ofrecerán una segunda cita, con la esperanza de que hayan cambiado de opinión.

Como sucede en muchas otras partes de España, 50.000 valencianos han aplazado su cita de vacunación por estar de vacaciones. Estas personas también serán vacunadas en los próximos días. El Gobierno regional espera alcanzar el 70% con la pauta completa esta misma semana.

El presidente Ximo Puig ha anunciado que la Comunidad Valenciana estará inmunizada el próximo 9 de octubre. Pero las nuevas variantes obligan a tener a un mayor porcentaje de población vacunada. Y para conseguirlo hay que derribar los miedos y los prejuicios en una parte de la sociedad. 

Otros casos parecidos

El movimiento negacionista plantea que la pandemia del coronavirus es una gran patraña orquestrada desde una pequeña élite de poderosos. Este poder invisible estaría falsificando la realidad para introducir temor en la sociedad, controlar a la población y aumentar su riqueza.

Estas personas rechazan la existencia del Covid-19, las medidas restrictivas y las vacunas. Sin embargo, desde el inicio de la pandemia ya ha habido varios casos de famosos negacionistas muertos por coronavirus. El último fue Stephen Harmon, un religioso que se reía de las vacunas.

También Marco de Veglia, empresario de éxito y conocido negacionista, murió por coronavirus a finales de julio. Antes de fallecer había extendido por redes sociales su escepticismo y se había negado a recibir la inmunización. En las últimas horas murió Dick Farrel, un famoso presentador antivacunas. 

En este último caso, el hombre se arrepintió antes de fallecer y dijo: "Ojalá me la hubiera puesto". Una muestra de lo peligroso que puede ser seguir algunas teorías que van en contra de la ciencia.