Parece que una corriente de optimismo está invadiendo estos últimos días el estado de ánimo de las autoridades sanitarias, cuyos pronósticos sobre la evolución de la pandemia a corto y medio plazo han cambiado de un pesimismo generalizado a mensajes de esperanza como el que lanza ahora la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La directora de Salud Pública de la OMS, María Neira, ha dicho esta mañana en el programa «El Món a Rac1» de la radio catalana que la segunda ola no será tan importante como se creía y los modelos apuntan a un rebrote puntual. Aun así ha pedido «mucha prudencia» porque entramos en una fase «muy crítica» de la pandemia.
Conscientes de que esta nueva fase en la lucha contra el Coronavirus está repleta de riesgos y peligros, la OMS no puede esconder un moderado optimismo al constatar que, de la misma forma que en el mes de marzo la virulencia del virus sorprendió a los expertos, también estos se han visto sorprendidos por la rapidez con la que el Covid-19 está reculando.
Los modelos con los que trabaja el organismo contemplan todos los escenarios, desde un rebrote puntual hasta una ola importante, según ha dicho la doctora, pero a tenor de los últimos datos, una ola importante cada vez se descarta más porque «estamos mejor preparados en todos los ámbitos».
Parte de ese optimismo se debe al éxito de las medidas de confinamiento que, según la doctora, han favorecido tanto el rápido descenso de la tasa de transmisión que el virus tendrá dificultades para sobrevivir. Lo importante, dice, es que se ha evitado la «explosión de las primeras semanas», pero en las próximas semanas entramos en una fase «muy crítica».
De hecho, la desescalada en la que nos encontramos inmersos será el factor clave para determinar el futuro de la pandemia a partir de cómo se comporta el virus, y ha asegurado que evitar nuevos brotes se convertirá en una batalla diaria. Un factor a tener en cuenta es la baja inmunidad, dice, y eso nos obliga a no bajar la guardia.
Dudas sobre cómo afectará el calor
Según la doctora Neira, aún es pronto para hacer previsiones sólidas ya que será en unas dos o tres semanas cuando se empezarán a conocer los efectos de la desescalada, y entonces ser verá «si es necesario corregir de manera quirúrgica». Pero la vigilancia rigurosa de la epidemia da la tranquilidad de que si hay algún foco se tomarán medidas, ha dicho.
Otra de las informaciones a la que se había dado mucha importancia durante la epidemia era la importancia del calor para erradicar el virus. La OMS se ha vuelto a pronunciar sobre este tema poniendo en cuestión las hipótesis de que el aumento de las temperaturas favorecerán que el virus se debilite y la enfermedad desaparezca con mayor rapidez.
Sobre esta cuestión, la doctora María Neira ha expresado sus «ciertas dudas» de que el calor acabe con el virus, ya que lo que se está viendo es que «está haciendo el recorrido geográfico que se espera de un virus que quiere sobrevivir».