Vacuna para el coronavirus desarrollada por Pfizer Biontech

Descubierta otra dolorosa secuela de las vacunas: aparece más con Pfizer

Las reacciones cutáneas más habituales a la vacuna del COVID son la urticaria, el 'brazo covid' y el herpes zóster, según un estudio

Se ha hablado mucho de los posibles efectos secundarios derivados de la inoculación de las diferentes vacunas contra el COVID-19. Los más comunes son dolor en el lugar de la inyección, fatiga o sensación de cansancio, cefalea o fiebre. Además, estas dosis pueden provocar diferentes reacciones cutáneas, entre ellas el herpes zóster o 'culebrilla'.

Esto se produce debido a la reactivación del virus de la varicela. Un estudio realizado a partir de 405 pacientes demuestra este hecho. Han accedido a personas con reacciones cutáneas después de la inoculación con Pfizer, AstraZeneca y Moderna.

Pues bien, el estudio desvela que en el 13,8% de los casos se manifestó el citado herpes zóster. 

Cristina Galván, dermatóloga del Hospital Universitario de Móstoles e investigadora del estudio, explica los motivos de estas reacciones en la piel. La doctora explica en 20 Minutos que cuando se pasa la varicela, "el virus se queda en el organismo" en estado de latencia. Se lleva a cabo por la inmunidad derivada de la vacunación, "se produce lo que se llama un herpes zóster o culebrilla".

Sobre ello, la vacuna contra el COVID-19 puede reactivar, en ocasiones, el virus de la varicela. Es notorio que esta reacción se ha visto con todas las vacunas que hay en el mercado. Pero, se ha registrado más habitualmente en pacientes a los que se había inoculado la dosis de Pfizer. 

Asimismo, entre las reactivaciones de la varicela zóster estudiadas, "en ninguno se ha repetido el herpes tras la segunda dosis", sentencia Galván. Lo que se apunta es que en caso de padecer este tipo de reacción tras la primera dosis de a vacuna, el paciente podría ejecutar la pauta completa de vacunación.

Alertan de otras reacciones en la piel como el denominado 'brazo covid' o la urticaria

El estudio fue llevado a cabo entre el 16 de febrero y el 15 de mayo de 2021. Además, pone de manifiesto que las reacciones en la piel tras la vacunación contra el SARS-CoV-2 son "heterogéneas".

Así las cosas, el propio estudio refleja otras reacciones en la piel como el llamado 'brazo Covid' o la urticaria. En el 'brazo Covid' se produce una reacción de enrojecimiento, hinchazón y dolor cerca de la zona del brazo donde ha sido inoculada la vacuna. Galván expone que dicha reacción puede aparecer en todas las vacunas, pero se produce con mayor frecuencia tras la de Moderna y entre las mujeres.

Sobre ello, el 'brazo Covid' puede o no repetirse tras la segunda vacuna y hay que tratarlo con frío local o con tratamientos elementales. "Lo que sí se sabe es que nunca es grave ni impide la administración de segundas dosis", sentencia la médico.

La urticaria es otro de los efectos secundarios de las vacunas contra el COVID-19,sobre todo en AstraZeneca, y suele tratarse con antihistamínicos. Esta reacción no suele obligar a modificar la pauta vacunal. "Solamente se considera peligroso administrar la segunda dosis cuando se trata de urticarias que aparecen de forma inmediata, nada más inyectarse", sostiene Galván.

Reacciones en pieles con ácido hialurónico

Otra reacción cutánea a comentar es aquella que afecta a las personas que tienen algún relleno en la piel, como el ácido hialurónico. "Se conoce que pasaba también con otras vacunas", explica la dermatóloga del Hospital Universitario de Móstoles. Con aquellas contra la COVID-19 también pasa, "pero es muy, muy infrecuente", afirma.

Pese a todo, "en todos los casos descritos se han curado pronto con los tratamientos que se aconsejan", zanja la dermatóloga. 

El estudio comentado analizó los 21 días tras la inyección de las vacunas. Pero, el margen de tiempo de aparición de las reacciones "es muy variable y depende del tipo que sean".

Asimismo, de todas las analizadas, suelen ser "de leves a moderadas y autolimitadas", aunque algunas fueron de mayor gravedad. En datos, de los 405 casos estudiados, 80 reacciones (un 21%) se registraron como graves o muy graves y el 81% requirió un tratamiento.