Una jeringuilla con una hipotética vacuna contra el Covid-19

Los 3 síntomas de Ómicron que afectan a las personas vacunadas

Los expertos determinan qué síntomas son más comunes en las personas inmunizadas

La incidencia acumulada sigue experimentando un ascenso notable desde que se puso fin al uso de las mascarillas. En estos años de pandemia, el coronavirus ha demostrado que ha venido para quedarse demostrando su inmunidad frente a las vacunas.

Si bien es cierto que estas impiden padecer una enfermedad grave y terminar en el hospital e incluso la muerte, no evitan el contagio. No obstante resultan de una gran ayuda para paliar los efectos del contagio disminuyendo los síntomas.

Los síntomas más comunes de Ómicron en las personas vacunadas

La experiencia es un grado y, por desgracia, el COVID-19 no ha hecho casi unos profesionales para conocer si estamos o no frente a una infección del virus. A estas alturas, muchos son los que saben enumerar los síntomas del contagio, bien porque lo hayan padecido o porque se han mantenido informados.

Tos, secreción nasal, fatiga, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolor muscular, fiebre y estornudos. Esta es la conjunción clásica de un cuadro clínico de infección de coronavirus. ¿Pero qué ocurre cuando el virus entra en contacto con una persona vacunada?.

Un hombre, vacunado en Barcelona (24/03/2021).
Las personas vacunadas experimentan otros síntomas del coronavirus | GTRES

Los expertos han comprobado que las fórmulas ARNm resultan muy eficaces para prevenir una enfermedad grave. Con una gran parte de la población vacunada, las cifras de ingresos hospitalarios y defunciones han bajado de forma considerable.

De igual manera, se ha llegado a la conclusión de que hasta los síntomas son diferentes entre una persona inmunizada y otra que no lo está. Cuando el virus entra en un organismo inoculado con la vacuna experimenta tres efectos muy comunes: tos, secreción nasal y fatiga.

Chica rubia con la mano en la boca tras toser en la calle
La tos es uno de los principales síntomas de coronavirus | Canva

Los menos comunes son la fiebre y los estornudos. Aunque los investigadores también han comprobado que algunos contagiados por el virus y vacunados han llegado a padecer náuseas.

Volviendo a los tres síntomas más comunes, resulta muy complicado llegar a saber si estamos frente al virus o un simple resfriado. Lo único que nos podría sacar de dudas es realizándonos un test de diagnóstico.

Sin embargo, según explican los expertos,  "el 50% de los nuevos resfriados son actualmente, de hecho, COVID". De ahí que, nada más ser conscientes de estos tres síntomas, se recomiende extremar las precauciones y evitar el contacto con los demás hasta que salgamos de dudas.

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Las señales que se anticipan a la infección

El COVID-19 está en constante evolución. En este tiempo han sido numerosas sus variantes y con cada una de ellas también evolucionan los síntomas. No obstante, siempre ha mantenido una constante que nos ha hecho saltar las alarmas.

En un principio los efectos del virus en el organismo eran muy claros: tos, fiebre y pérdida de olfato. Más tarde, se sumaron la falta de respiración, los dolores musculares y hasta erupciones en la piel.

Montaje de fotos de una mujer tumbada en la cama y un virus
La secreción nasal nos puede indicar que estamos ante una infección por coronavirus | La Noticia Digital

Con las nuevas cepas y con la ayuda de las vacunas, estos síntomas se han modificado hasta parecerse más a un resfriado común. Algo que Ómicron ha hecho más que patente entre la población.

Sin embargo, los expertos han puesto sobre la mesa la existencia de unas señales que se anticipan a los síntomas del contagio antes mencionados. Se tratan de algunos efectos que comienza a padecer el cuerpo humano y que nos alertarían de una posible infección.

Imagen de un hombre durmiendo
La fatiga y los desmayos pueden ser señales de una infección por coronavirus | LND

Tales como fatiga y mareos o desmayos. Dentro de esta fatiga hay que tener en consideración la existencia de dolor muscular, de cabeza visión borrosa o falta de apetito. De hecho, los expertos han observado una "clara conexión" entre los desmayos y una infección por coronavirus.

Han sido muchos los casos reportados donde los desvanecimientos se han producido mucho antes de experimentar los síntomas. Por lo tanto, son señales que no hay que ignorar y que nos ayudan a entender mejor el funcionamiento del virus en el organismo.