Victoria Federica

Victoria Federica no está bien y su novio Jorge tiene que intervenir en plena calle

Victoria Federica está cansada de responder siempre a las mismas preguntas

Victoria Federica de Marichalar y Borbón está atravesando un momento delicado porque su tía Cristina ha dado un paso importante. Recordemos que Iñaki Urdangarin ha sido pillado al lado de otra mujer y la infanta Cristina de Borbón ha confirmado que quiere separarse de él. La joven Victoria tiene una relación estupenda con la familia Urdangarin, por eso está sometida a tanta presión mediática.

Victoria Federica lleva una vida tranquila, pero la prensa le tiene perfectamente localizada y acude a ella siempre que hay algún problema. Suele ser bastante educada y correcta, pero en las últimas horas ha perdido la paciencia y ha dado un golpe en la mesa. Exige que los paparazzis le dejen al margen del nuevo escándalo de Iñaki Urdangarin, pues ella no quiere saber nada del asunto.

Victoria Federica
Victoria Federica le ha pedido ayuda a Jorge Bárcenas | GTRES

Victoria Federica de Marichalar, hija de la infanta Elena de Borbón y de Jaime de Marichalar, mantiene un noviazgo estable con el DJ Jorge Bárcenas. Este último ha entrado en escena después de que un grupo de periodistas se acercara a la joven para hacerle unas preguntas. Ella no quiere responder a nada y ha exigido que le dejen tranquila y que no le sitúen en el centro de mira.

La hija de la infanta Elena ha tenido un comportamiento muy diferente al de su primo Pablo Urdangarin, quien es completamente comprensivo. Es uno de los protagonistas del momento y está sometido a mucha presión, pero siempre responde de forma educada. Sin embargo, Victoria ha optado por tener una actitud más cortante y le ha pedido ayuda a su novio Jorge.

Jorge Bárcenas lleva un tiempo saliendo con Victoria Federica y también se ha convertido en un rostro bastante popular en los últimos meses. Trabaja en el mundo de la música y los expertos aseguran que su noviazgo con la nieta de don Juan Carlos le ha venido bien. El joven es DJ de varias salas y cobra bastante más desde que la prensa le relaciona con la Familia Real.

Victoria Federica impone sus normas

Victoria utiliza sus apellidos cuando quiere, pues es la primera en posar delante de la prensa cuando le invitan a algún evento. Sin embargo, se siente ofendida cuando los periodistas le persiguen para preguntarle por cosas que están relacionadas con ella. La joven sabe de primera mano como se vive un divorcio dentro de la Familia Real, pues sus padres también dieron el paso.

Victoria Federica junto a su novio Jorge Bárcenas en Madrid en marzo de 2020
Victoria Federica y Jorge Bárcenas disfrutan de un noviazgo estable | GTRES

La infanta Elena es una de las personas que más información tiene sobre su hermana Cristina de Borbón, pues son grandes confidentes. Lo más normal es que Victoria Federica también maneje datos sobre el tema, motivo por el que está siendo muy perseguida. No obstante, ella prefiere mantenerse al margen y le ha pedido a su novio Jorge que de la cara por ella.

Jorge Bárcenas está perfectamente integrado en la familia de su novia, de hecho disfruta de un trato muy cordial con su suegro Jaime de Marichalar. El joven no quiere que nadie incomode a Victoria, así que se ha plantado delante de los paparazzis para que dejen de seguirla. Ella no va a responder a ninguna pregunta para no comprometer a sus primos, los hijos de la infanta Cristina.

Jorge Bárcenas protege a su novia: “Ya está”

Victoria Federica se ha buscado un buen defensor: su novio Jorge. El DJ más famoso de la prensa del corazón ha logrado espantar a la prensa utilizando dos palabras: “Ya está”. La pareja ha hecho equipo cuando se ha enterado de que la infanta Cristina no quiere seguir con su marido Iñaki Urdangarin.

Elena de Borbón, hermana de Cristina, se ha convertido en una de las fuentes de información más fiables de este conflicto. El problema está en que jamás dirá nada para no perjudicar a su familia. Ella también ha atravesado por un divorcio público y sabe que lo mejor es guardar silencio hasta que esté todo resuelto.