Primer plano de Lola Sandoval

Lola, desaparecida en España el día de Navidad: ‘La corté en trozos y la guardé en la nevera’

Agustín, su pareja de entonces, será juzgado el mes que viene a pesar de que nunca apareció el cadáver

Lola Sandoval tenía 50 años y tres hijos a los que amaba con locura cuando desapareció la Navidad de 2018 en Cartagena. Tres años después su cuerpo sigue sin aparecer, pero el principal sospechoso se sentará en el banquillo de los acusados. Está acusado de un delito de homicidio y otro de profanación de cadáveres.

El próximo mes de diciembre, la Audiencia Provincial de Murcia juzgará al que entonces era la pareja de Lola, Agustín. Meses después del crimen fue detenido y confesó haberla matado, descuartizado y arrojado a un vertedero. Luego cambió de versión varias veces, pero la investigación presenta varias pruebas contra él.

La Policía Nacional, al mando de la investigación, nunca ha podido encontrar el cuerpo de Lola Sandoval. Pero este caso demuestra que se puede juzgar un crimen sin cuerpo. Una serie de indicios, entre ellos una prueba biológica, pueden ser determinantes.

Las pruebas contra Agustín

Lola Sandoval era natural de Cieza y en el momento de los hechos mantenía una relación sentimental con Agustín, de Cartagena. Fue allí donde se le dio por desaparecida el 25 de diciembre de 2018. La policía puso en marcha una investigación que destapó un caso de asesinato, cometido presuntamente por su pareja.

La Policía Científica inspeccionó a fondo la vivienda de la pareja, y encontraron rastros de sangre pero no el cadáver. Esta prueba biológica corrobora la primera versión de Agustín, que aseguró haber matado y descuartizado a su pareja. Pero el cuerpo no apareció, y el detenido nunca dio información al respecto.

El acusado esposado en el juzgado
Agustín, acusado por la muerte de su pareja Lola, irá a juicio | Cedida

Primero admitió haber asesinado a su pareja durante una pelea, pero luego cambió y dijo que se la había encontrado sin vida y se limitó a esconder el cadáver.  Según esta segunda versión, encontró a Lola muerta en su casa y la descuartizó para que no le culpasen de su muerte. Los agentes nunca dieron veracidad a esta historia, pero había más.

Cambió de versión sobre la marcha

Estando bajo custodia policial, Agustín amplió su declaración y aseguró haber cortado a su pareja en pedazos e introducido los trozos en la nevera. Dice que allí los tuvo durante meses, y que después los fue sacando en bolsas y repartiendo por varios contenedores del municipio. Pero los investigadores lo ven poco probable.

El vertedero al que van a parar los restos de los contenedores donde supuestamente arrojó las bolsas, hay un estricto protocolo de separación de residuos. Por lo tanto, no es posible que pase por ahí un cuerpo troceado sin que nadie lo vea. La policía cree que enterró el cuerpo y no quiere decir dónde está para esquivar la cárcel.

En la mente de Agustín quizás esté aquella vieja idea de que sin cuerpo no hay delito. Pero los investigadores creen tener suficientes pruebas incriminatorias como para asegurar una sentencia condenatoria. Será juzgado con jurado popular en la Audiencia Provincial de Murcia, entre el 13 y el 20 de diciembre.

Se puede condenar sin cuerpo

La versión de Agustín se parece mucho a la que meses después ofreció el asesino confeso de Marta Calvo. Ignacio Palma, investigado también por la muerte de otras chicas, dijo que había descuartizado a Marta y había tirado los restos a la basura. Pero igual que Agustín, negó haberla matado.

En contra de lo que se pueda pensar, en nuestro ordenamiento jurídico no es imprescindible que aparezca el cadáver para dictar una condena por asesinato. Lo importante es que haya pruebas que acrediten la culpabilidad del acusado. Hace falta, pues, restos de sangre, testigos, grabaciones, o la propia confesión.

Es verdad que, en los casos donde no hay cuerpo, la justicia exige una investigación más exhaustiva con pruebas más concluyentes. El cadáver sigue siendo esencial, porque la autopsia determina la causa, la fecha y las circunstancias de la muerte. Sin cuerpo, la investigación se complica y la condena también.

Marta del Castillo y Marta Calvo

Pero ya hay casos en España de condenados por homicidio sin cadáver. El primero fue Ramón Laso, que en 1993 mató a su esposa y a su hijo de seis años, y en 2014 a su segunda esposa y a su cuñado. En el segundo de los crímenes no hubo ni cuerpo, ni arma homicida ni confesión, pero acabó siendo condenado.

El crimen de Lola Sandoval recuerda mucho a los de Marta del Castillo y Marta Calvo. Marta del Castillo desapareció el 24 de enero de 2009 en Sevilla, y su novio de entonces, Miguel Carcaño, confesó haberla asesinado. Es uno de los casos en los que hubo una sentencia condenatoria a pesar de que el cuerpo no apareció.

Montaje con fotos de la fallecida y el sospechoso
Miguel Carcaño fue condenado por la muerte de Marta del Castillo | La Noticia Digital
Marta Calvo y su presunto asesino Jorge Ignacio P. J.
Jorge Ignacio Palma está en la cárcel por la muerte de Marta Calvo | Redes Sociales

Marta Calvo desapareció hace dos años en Manuel (Valencia), después de haber tenido una cita con Jorge Ignacio Palma. Su cuerpo nunca ha aparecido, pero Palma está acusado de este y otros asesinatos. Las familias de Marta del Castillo y Marta Calvo siguen con su lucha para encontrar los cuerpos y darles sepultura. 

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