Montaje con foto de Sara

Ezequiel, tras perder a su exmujer Sara en una operación estética: ‘por nuestro hijo’

La familia de Sara anuncia acciones legales porque consideran que la muerte de la joven podría haberse evitado

Horas después de haber perdido a Sara, sus familiares siguen convencidos de que su muerte se podría haber evitado. La murciana de 39 años entró en la UCI en estado grave el 2 de diciembre y murió el pasado sábado, 1 de enero. El origen, una lipoescultura que apunta directamente al cirujano estético.

Sara Gómez se sometió a una intervención de cirugía estética en una clínica privada de Cartagena (Murcia). Pero algo fue mal y sufrió múltiples perforaciones y lesiones en riñones, hígado, duodeno, colon e intestino. Sus padres, sus hermanos y su expareja han luchado a su lado hasta el final.

También su hijo, Izan, que a sus diez años ha sufrido la pérdida de su madre y en nombre del cual su padre Ezequiel anuncia acciones legales. Ezequiel Nicolás se ha erigido en portavoz de una familia rota pero conminada a hacer justicia. Quieren responsabilidades por una muerte que “se podría haber evitado”.

'Te llevas un trozo de mí'

Ezequiel Nicolás se ha despedido de Sara con un emotivo mensaje en redes sociales: “Te vas a llevar un trozo de mí, pero me dejas lo más grande de nuestras vidas. No temas, porque siempre hablaré a nuestro pequeño de lo valiente que es su mamá, de cuánto lo ama”. Por su hijo Izan, anuncia que “emprenderé acciones legales”.

Primer plano de Sara Gómez con el mar de fondo
La familia de Sara Gómez tomará medidas legales contra el médico que le realizó la operación estética | Facebook: La Voz de Sara

Está convencido de que la mujer no necesitaba la operación y de que ha muerto “por el mal consejo de un profesional”. Una muerte que, según él, “se podría haber evitado” y cuyas consecuencias tendrán que dirimirse en la investigación. Para difundir el caso han abierto una página en Facebook, La Voz de Sara.

Quieren que sirva de homenaje a la mujer fallecida y también como altavoz de un problema que afecta a más casos de los que parece. “9 de cada 10 cirujanos estéticos no tienen la preparación adecuada”, afirma el hermano de la fallecida, Rubén. Por eso pide al Gobierno que ponga freno al intrusismo profesional.

Posible delito de homicidio

Sara murió después de un mes luchando por su vida en el Hospital Santa Lucía. “Hemos podido despedirnos”, explicaba Nora a La Opinión de Murcia tras perder a su hermana Sara. Con ella estaban sus padres, Felisa y Damián, que han permanecido junto a su hija hasta el final. ‘Siempre fuertes, siempre unidos’, como rezaba su lema.

Lo llevan escrito en los carteles y en las camisetas de apoyo a ‘La Pingüina’, el cariñoso mote con el que era conocida Sara. Ahora están a la espera de los avances del proceso judicial, pero de momento no han recibido noticias de su abogado. La causa por posible negligencia pasa a ser ahora un caso de homicidio.

La familia de Sara denunció ante el fiscal lo que consideran una negligencia médica por parte del cirujano que la intervino. Afirman que, teniendo en cuenta su aspecto físico, Sara no necesitaba una lipoescultura. Y además, ven indicios de posibles errores durante la intervención por mala praxis.

'Vamos a luchar por hacer justicia'

Sara se puso en manos de un cirujano conocido, que alquiló un quirófano en el Virgen de la Caridad de Cartagena. Aseguran que el doctor no tiene los cinco años de especialidad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Aunque era una intervención sencilla, “llegó en un estado casi fatal” a la UCI del hospital Santa Lucía.

Damián y Felisa, los padres de Sara Gómez, abrazados en el Hospital Santa Lucía de Cartagena
Damián y Felisa, los padres de Sara Gómez, abrazados en el Hospital Santa Lucía de Cartagena | Facebook: La Voz de Sara

“Doy las gracias a Dios por la mejor hermana mayor del mundo, vamos a luchar por hacer justicia, que no le quepa duda a nadie”, escribió su hermano Rubén. Él mismo abrió una petición en Change para denunciar la falta de preparación de muchos cirujanos plásticos. “Es una temeridad y un grave peligro para la vida de las personas”, afirma.

La familia decidió denunciar tras revisar el historial de conversaciones que Sara mantuvo por WhatsApp antes de someterse a la operación. El 9 de noviembre preguntó al cirujano si era compatible la abdominoplastia que se realizó años antes con una lipoescultura. Quería sacarse grasa abdominal y transferirla a los glúteos. 

Los mensajes de WhatsApp

La conversación, que forma parte de la causa judicial abierta, muestra que Sara sentía una gran confianza hacia el cirujano: “Estoy alucinada con tu trabajo”. A su petición, el doctor afirma “sí se puede, perfectamente”, y la invita a pedir cita para pedir información. Según Ezequiel, está claro que “Sara tuvo dudas”.

“Contactó con él por todo lo que colgaba sobre su trabajo en redes sociales y cómo lo exponía”, afirma Ezequiel. El cirujano se presentaba como “certificado internacional en cirugía estética”, “Body Contouring Expert” y “médico de cirugía estética facial, corporal y vascular”. Pero la denuncia va más allá.

“El pago de 5.700 euros se produjo a la clínica de Murcia porque el cirujano no tenía quirófano donde operar, entonces la clínica externaliza el servicio de cirugía en un autónomo: ahí está el entramado y por eso se echan las culpas unos a otros”, concluye.