Montaje con fotos de la fallecida y el sospechoso

La nueva vida de Miguel Carcaño: de asesino de Marta del Castillo a jefe de la cárcel

Miguel Carcaño ha conseguido montar un negocio

El caso de Marta del Castillo está aún en el orden del día en España. Estos días se cumplen diez años de la sentencia que envió a Miguel Carcaño a la cárcel. Cracaño ingresó en 2012 en la prisión de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real. Un año después era trasladado a Mirón de la Frontera, en Sevilla.

Miguel Carcaño, el asesino confeso de Marta del Castillo, lleva desde 2013 en la cárcel de Herrera de la Mancha. En este tiempo ha pasado prácticamente de "mendigar" a ser uno de los jefes del centro penitenciario. Su situación ha cambiado radicalmente desde hace apenas unos meses.

Tiene un trabajo en la panadería de la cárcel, donde recibe un salario de unos 430 euros mensuales. Para ganarse los favores de los funcionarios no duda en obsequiarles con panes y pastas. Aclaran que este dinero que gana es mucho dinero allí, donde los gastos son mínimos.

 

Miguel Carcaño ha visto, además, la posibilidad de montar un negocio alternativo. Creó un economato paralelo, en donde adquiere cajas enteras de chocolates, galletas y lácteos para luego revenderlos en su celda. De esta manera, el chico que acabó con la vida de Marta del Castillo logra sacarse un sobresueldo.

Ha visto en esto una buena estrategia para aumentar sus ingresos. En algunas ocasiones incluso se han quedado sin abastecimiento en el economato de la cárcel y han tenido que recurrir a él. Esto obligaba a los presos a pagar un precio más caro de lo fijado en los artículos.

El recluso tiene la obligación de pagar a los familiares de la víctima 340 0000 euros en concepto de responsabilidad civil. Su intención era abonar 20 euros al mes. 

Fotografía de Marta del Castillo
El cuerpo de Marta del Castillo continúa sin aparecer. | Cedida

Miguel Carcaño ha cambiado por completo

Todos los presos tienen garantizado en el centro tanto la asistencia médica como tres comidas al día. Miguel Carcaño atravesó por momentos muy delicados dentro de la cárcel, ya que apenas recibía dinero por parte de sus familiares. También estuvo enfermo, llegando a perder una importante cantidad de kilos.

Según el diario La Razón, estuvo por debajo de los 50 kilos a causa de una intolerancia a la lactosa. Eso le generaba indigestiones, lo que obligó a los responsables de la cárcel a planificarle una dieta específica.

En cualquier caso, el asesino de Marta del Castillo ya se encuentra recuperado y su aspecto físico ha mejorado. En gran parte porque se pasa mucho tiempo en el gimnasio y también consume proteínas en polvo. Se trata de un producto muy demandado por los deportistas que realizan trabajo de musculación.

El cambio de Carcaño es evidente en todos los sentidos. Y gran parte de culpa de ello lo tiene el párroco Vicente Elipe López-Peláez. Se ha convertido en un asiduo de las misas de los sábados y la relación entre ambos se fue estrechando con el tiempo.

Montaje con fotos del padre y su hija
Los padres de Marta llevan 12 años buscando a su hija | La Noticia Digital

Aunque el interno no es un gran devoto, sí que tiene un trato especial con el cura. Sobre todo a raíz de empezar a aprender italiano con él. Esto le ha costado más de un disgusto al religioso.

Los funcionarios no ven con buenos ojos que vaya a diario al módulo donde se encuentra el hombre que mató a Marta del Castillo. Acude a por él para llevárselo a la capilla y en teoría enseñarle el idioma.

Incluso se llegó a rumorear de que entre ellos podría haber algo más que una simple amistad. E incluso cuentan que el párroco podría tener tatuado el nombre de Miguel en la muñeca, que estaría ocultando con unas pulseras.

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También hay otras fuentes que dicen que el cura le presentó una joven que tocaba la guitarra en la iglesia. Más tarde trabajaría para Cruz Roja realizando cursos de alcohol y drogas en el centro. Con ella habría mantenido relaciones íntimas hace tres años.

Sin embargo, la última mujer que ha pasado por su vida ha sido una prostituta de Valdepeñas. Fue hace un año aproximadamente. El trato entre ellos era tan cercano que incluso él le mandaba al mes 250 euros.

La mujer no atravesaba por su mejor momento en lo económico y tenía un hijo que mantener.