Montaje con imagen de la desaparecida

Nuria sigue desaparecida: su última imagen con vida revela qué pasó

Las cámaras de seguridad la captaron junto al sospechoso el 31 de octubre de 2018, la noche de su desaparición

En la primera imagen, a las 20:20 horas, Nuria aparece caminando junto a un hombre por el paseo Arenal de Ibiza. En la siguiente imagen, a las 05:27 horas, el hombre vuelve solo con un carro de la compra y un bulto dentro. Las últimas imágenes de la mujer con vida son la única pista para resolver su misteriosa desaparición.

Nuria Ester Escalante desapareció el 31 de octubre de 2018 y desde entonces no se sabe nada de ella. Su caso sigue sin resolver, pero su hijo pequeño David lo tiene claro: “A mi madre la han matado”. A juzgar por las imágenes de la cámara de seguridad, cree que el hombre que aparece en el vídeo es quien la mató.

David, que tenía 21 años cuando su madre desapareció, no descansará hasta que se sepa toda la verdad. “No está desaparecida, la realidad es que fue un asesinado sin resolver”, asegura, y desvela su hipótesis principal: “La han matado, se han deshecho de ella, y lo más seguro es que el que sale en la imagen sea el culpable”.

En busca de una vida mejor

Nuria Ester Escalante, alicantina de 52 años, había viajado a Ibiza hacía menos de un mes en busca de una vida mejor. Ya había estado anteriormente en la isla, trabajando como camarera y como vigilante de seguridad en el aeropuerto. Esta vez no tuvo tanta suerte, y la necesidad hizo que se juntara con malas compañías.

Fotos de la desaparecida
Nuria Escalante había viajado a Ibiza en busca de un futuro mejor | Cedida

La noche que desapareció, Nuria estuvo con cinco okupas y la policía encontró su equipaje en la vivienda okupada por el principal sospechoso. Esto llevó a la policía a relacionar a la desaparecida con un entorno desestructurado. Y es en ese lugar donde encontraron a los cinco presuntos implicados en la desaparición.

Desde un primer momento quedó claro que Nuria no había desaparecido voluntariamente. Un hombre de nacionalidad polaca fue identificado como presunto autor del crimen. Otros cuatro okupas entraron en prisión con él, pero salieron por falta de pruebas.

La corazonada de su hijo

“Mi madre llevaba un par de días sin comunicarse con nosotros, y ahí nos alarmamos”. Así empezó la angustiante búsqueda de Nuria. Su teléfono estaba desconectado, rastrearon solares, torrentes y lugares cercanos, buscaron en casa de los detenidos, pero ni rastro.

David, hijo de Nuria, tenía una corazonada: “Para ciertas cosas soy muy intuitivo, y desde el principio dije que a mamá le ha pasado algo y la han enterrado por ahí”. Con el tiempo, los investigadores le dieron la razón y establecieron el crimen como hipótesis principal. Pero tres años después, no han conseguido llegar hasta el final.

Los detenidos salieron a la calle por falta de pruebas y el juez ordenó el sobreseimiento del caso. Los únicos que no se han rendido son sus hijos, Aaron y David, que están empeñados en luchar hasta el final. Su única baza son las imágenes de la cámara de seguridad que, a su parecer, dejan claro qué pasó aquella noche.

Las imágenes son muy claras

Las imágenes captan a Nuria andando en compañía de un hombre por el paseo a última hora de la tarde. A ella se le cae algo al suelo y él lo recoge, después empieza a llover y salen corriendo. Los dos se dirigieron a una especie de hotel abandonado, y a partir de ahí se perdió la pista de Nuria.

Las imágenes de la misma cámara captan al hombre volviendo solo a pasadas las cinco de la madrugada. Empuja un carro de la compra con un bulto cubierto por un plástico. Según los agentes de la Guardia Civil, “el volumen, forma y estructura del bulto es compatible con el de un cuerpo humano”.

Imágenes de una cámara de seguridad
Nuria acompañada del sospechoso por la tarde-noche | Cedida
Imágenes de una cámara de seguridad
El sospechoso vuelve solo con un carrito y un bulto de madrugada | Cedida

Para los hijos de Nuria no hay ninguna duda, “el cuerpo de nuestra madre estaba ahí”. El vídeo permitió identificar al principal sospechoso y detenerlo, pero a efectos de la justicia no demuestra que el bulto sea el cuerpo de Nuria. Según relató, llevaba el motor de un barco que luego se lo robaron.

Se la mira detenidamente

El sumario del caso incluye 134 fotogramas y un centenar de vídeos que se han analizado detenidamente. Eso permite reconstruir las últimas horas de Nuria con vida, y los pasos que dio el principal sospechoso tras la desaparición. Se le ve caminando de madrugada hasta diez veces arriba y abajo, pero Nuria ya no está. 

Las cámaras de seguridad muestran a Nuria yendo a Cáritas Parroquial de Sant Antoni el 30 de octubre, a las 10:28 de la mañana. Iba allí para hacer uso de los servicios de ducha, lavandería y desayuno, y coincidió con los cinco investigados. En un momento dado, el polaco pasa por delante de ella y la misa de forma detenida.

Montaje con fotos del sospechoso y la víctima
Un hombre polaco es el principal sospechoso | LND

El sospechoso incurrió en varias contradicciones y borró sus conversaciones de WhatsApp desde el 30 de octubre hasta el 2 de noviembre. También hubo testigos que intentaron entorpecer la investigación, diciendo que estaba viva y señalando el lugar. Se demostró que todo era falso, pero ni eso ni el vídeo fue suficiente.

Quería algo más, y le dio un mal golpe

Los hijos de Nuria Ester Escalante han perdido la esperanza de encontrar a su madre con vida, pero no de que se haga justicia. Creen que la investigación se llevó a cabo de forma lenta y errática. Buscaron a Nuria como si estuviera viva durante un mes, cuando era evidente que no salió con vida del hotel abandonado.

El juez archivó el caso, pero en julio apareció una nueva pista que activó la búsqueda del cuerpo. Buscaron a Nuria en una fosa séptica y una cisterna en la vivienda de uno de los sospechosos, pero no dio resultados. En estos momentos el suyo sigue siendo un crimen sin resolver, lleno de sospechas pero sin ninguna certeza.

“Lo más sencillo es que este hombre quisiera hacer algo con mi madre, ella no quiso, le dio un mal golpe, y ya está”. Esta es la idea con la que conviven todos los días los hijos de Nuria, con la esperanza de que algún día se haga justicia. “Si algo era mi madre es luchadora, y nosotros vamos a hacer lo que ella haría, luchar”, concluyen.

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