Primer plano de Valentín Moreno

Valentín, el asesino de la Villa Olímpica, entre la vida y la muerte

Ha sido ejecutado en plena calle esta madrugada y se encuentra en situación crítica en la UCI de Can Ruti

El 1 de abril del 2000, Valentín Moreno Gómez cumplía 18 años y decidió celebrarlo de la forma más macabra. Él y sus amigos se propusieron un juego: robar una cazadora, y apalear al que fuera a por ella. El azar le jugó una mala pasada a Carlos Javier Robledo, de 24 años, víctima del crimen de la Villa Olímpica de Barcelona. 

Valentín cometió aquel crimen minutos antes de cumplir la mayoría de edad y fue juzgado como un menor. Cumplió ocho años de internamiento y salió a la calle para continuar con su carrera delictiva. En los últimos tiempos se había hecho con el control del negocio de la droga en el barrio de la Mina, en Barcelona.

Esta madrugada le han asaltado por la espalda y le han descerrajado un tiro en la cabeza. Le han ejecutado en medio de la calle, en el barrio de la Mina, y ahora se debate entre la vida y la muerte en el hospital de Can Ruti, en Badalona. La policía busca a los autores.

Una vida vinculada a la violencia

La ejecución de hoy, probablemente vinculada al narcotráfico, pone fin a la sanguinaria trayectoria de Valentín Moreno. Tras salir de la cárcel por el crimen de la villa olímpica, se vio envuelto en el caso Bada Bing. Fue condenado a seis años de cárcel por el ataque racista a un equipo de fútbol de Tercera Regional.

Montaje con fotos de Valentín Moreno
Valentín Moreno acumula un largo historial delictivo | LND

De nuevo en libertad, Valentín protagonizó un altercado en el Hospital del Mar donde estaba ingresado su padre. Media docena de vigilantes de seguridad fueron necesarios para reducir al sujeto que, fuera de sí, intentaba acceder a la zona. Varios sanitarios resultaron heridos debido al incidente.

Así es Valentín Moreno Gómez, que según confesó a los psicólogos del caso de la Villa Olímpica, dejó de estudiar a los 14 años y solo trabajó tres meses. Su vida estuvo marcada por la adicción a las drogas y el alcohol. Asegura que puede consumir entre cuatro y diez rayas de coca cada noche. 

El crimen de la Villa Olímpica

Las adicciones y un trastorno que le conduce a la violencia extrema le llevaron a flirtear con los ultras del fútbol desde muy joven. Estuvo integrado en las filas del sector más radical de los Boixos Nois, en el ámbito de la extrema derecha. Él y otro grupo de skins llevaron a cabo el cruel asesinato de Carlos Javier en abril de 2000.

Detalle de los ojos de Carlos Javier Robledo
Carlos Javier Robledo, víctima del ataque de los skins | Cedida

La sentencia no deja lugar a dudas, se trató de un crimen «salvaje y brutal» perpetrado al azar y sin ninguna clase de motivo. La sed de violencia fue lo único que aquella madrugada, en una zona de afters de la Villa Olímpica, les empujó a matar. Lo hicieron en una acción muy organizada y con golpes certeros en partes sensibles del cuerpo.

“Los seis atacantes dominaron por completo el hecho, se repartieron los papeles entre sí, formando un círculo salvaje”, dice la sentencia. Atribuye “un protagonismo especial” a Valentín Moreno, que propinó el primer puñetazo al fallecido. El resto de acusados, mayores de edad, fueron condenados a penas de 160 años de cárcel.

Ejecutado cuando iba solo

La policía ha recibido esta madrugada el aviso por un tiroteo en La Mina, un barrio muy degradado por las drogas. Valentín Moreno, un hombre de 39 años y nacionalidad española, fue abatido en plena calle. En su currículum está el crimen de la Villa Olímpica y otros delitos violentos.

Él y su banda controlaban el negocio de tráfico de drogas en La Mina, y se mostraba tan despiadado como con sus víctimas anteriores. Incluso había sido investigado por asaltar a otras bandas de narcotraficantes. Esto le habría granjeado una larga lista de enemigos, que ahora podrían haberse cobrado su venganza. 

La investigación sigue en marcha y todas las hipótesis siguen abiertas, aunque lo más probable es que se trate de un ajuste de cuentas. Valentín contaba con guardaespaldas de la propia banda, y solía ir armado. Los criminales habrían aprovechado un descuido para ejecutarle en plena calle, a la una de la madrugada.

Guerra en el barrio de La Mina

En el trasfondo de este ataque parece estar la guerra soterrada que vive el barrio de La Mina desde hace meses. Durante este tiempo ha habido varios tiroteos y heridos, probablemente en relación con el tráfico de marihuana. Los Mossos d’Esquadra investigan el caso por un homicidio en grado de tentativa.

Mossos d’Esquadra ha alertado a sus patrullas de la zona que extremen las precauciones durante los próximos días. Es posible que pueda haber réplicas o enfrentamientos entre grupos de ese barrio conflictivo. No se descarta que la banda de Valentín quiera tomarse la revancha.

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